POEMAS DE JOSÉ SANTOS CHOCANO

RIO AMAZONAS (LORETO-PERÚ)

EL AMOR EN LA SELVA
JOSÉ SANTOS CHOCANO (PERÚ)

   Yo quiero ser un árbol; darte sombra;

con mis ramas en flor hacerte abrigo;

y, con mis hojas secas, una alfombra

donde te echarás a soñar conmigo.

   Yo apenas quiero ser humilde araña,

quien en torno suyo su hilazón tejiera;

y como explorando una montaña

se enredase en tu oscura cabellera.

   Yo quiero ser un cóndor y hacer gala

de aprisionar un rayo entre mi pico;

y, así, soberbio....regalarte un ala

para que te hagas de ella un abanico.

   Yo quiero ser jaguar de tus montañas

y arrastrarte a mi propia madriguera,

para poder abrirte las entrañas...

¡y ver si tienes cieazón siquiera!

   Yo quiero ser gusano, hacer encaje,

dar mi capullo a las dentadas ruedas,

y así, poder en la prisión de un traje,

 sentirte palpitar bajo mis sedas.

   Yo quiero ser una boa en mis mebrudos

lazos, ceñirte la gentil cintura;

envolver las pulseras de mis nudos,

y morirme oprimiendo tu hermosura

   Yo quisieta también cuando se exhala

toda esa fiebre que mi amor expande,

ir recorriendo la salvaje escala,

desde lo más pequeño a lo más grande.

   Yo soy bosque sin trocha: ¡abre el sendero!

Yo soy el astro sin luz: ¡prende la tea!

Cóndor, boa, jaguar, yo sólo quiero

ser lo que quieres tú que por tí sea.

Rio AMAZONAS (LORETO-PERÚ)

PAGANA

JOSÉ SANTOS CHOCANO (PERÚ)

No os ofendáis señora;

porque esta vez a vuestro oído llega

el verso amante del que en vos adora

las formas puras de la estatua griega.

Dejad que en mi alma esculpa

vuestro perfil olímpico de diosa

cin cinceles de amor ¡O, no es mi culpa.

el que yo sea artista y vos hermosa.

Arte soy, vos belleza;

y dejaros de amar fuera: un ultraje,

no grabaré mi bombre en la corteza;

pero quiero dormir bajo el follaje...

¿No os place el aura leda?

a mí me place vuestro dulce acento

que una música eólica remeda

desmayada en las ráfagas del viento.

¿No os place ver el cielo?

A mí, ver nuestros ojos en que late

gánesis de relámpagos al vuelo

con temblores de espadas en combate.

¿No os palce en fin la estatua

que en el museo artístico descuella,

no neciamente desdeñosa y fatua,

pero como segura de ser bella?

A mi me place el firme molde

en que se vació vuestra hermosura

¡Bajo el golpe traidor, quiero morirme,

como César al pie de una escultura!

Por eso, ya que en vano

os quisiera estrechar, de ardores lleno,

dadme ese traje que ceñia tirano

en que resalta vuestro ebúrneo seno.

Hundiera en él mi frente,

y aspirara con ansias voluptuosa

el perfume impregnado qie se siente

como una tibia emanación la rosa.

¡Sí! Yo os quiero mirar, señora mía,

desnuda, al fin, correr en el bosque;

ninfa desnuda de la selva umbría

¡mi propia sombra os servirá de traje!

PAISAJE DE LA SELVA DEL PERÚ

LA TRISTEZA DEL INCA

JOSÉ SANTOS CHOCANO

Este era un Inca triste, de soñadora frente,

de ojos siempre dormidos y sonrisa de hiel

que recorrió su Imperio, buscando inutilmente

a una doncella hermosa y enamorada de él

Por distraer sus penas, el Inca dio en guerrero

puso a su tropa en marcha y el broquel requirió,

fué sembrando despojos sobre cada sendero

y las nieves más altas con su sangre manchó.

Tal sus flechas cruzaron inviolables regiones

en que apenas los ríos se atrevían a entrar

y tal fué derramando sus heroicas regiones,

de la Selva a los Andes al mar.

Fue gastando las flechas que tenía en su aljaba,

una vez y otra y otra, de región en región,

porque cuando salía victorioso, lograba

levantar la cabeza, pero no el corazón.

Y ya cuando de tanto levantar la cabeza,

celebró bailes magnos y banquetes sin fin,

pero no logra nada disipar su tristeza,

ni la sangre del choque, ni el licor del festín.

Nadie entraba en el fondo de su espíritu oculto

ni las cándidas ñustas de dignásticorol,

ni los cirios de Quito, consagrados al culto,

ni del Cusco, tampoco, las vestales del Sol.

Fué llamado wl más viejo sacerdote: "Adivina

este mal que me aqueja y el remedio del mal"

dijo al gran sacerdote, con voz trémula y fina

aquel joven monarca, displicente y sensual.

CAMINO AL CUSCO-PERÚ

¡Ay, señor! Ciertos días vendran  hombres muy blancos

ha de oirse en los bosques el marcial caracol,

cataratas de sangre colmarán los barrancos,

 y entraran otos dioses en el Templo del Sol.

La mujer que has ideado pertenece a tal raza,

vanamente la buscas en tu innúmera grey,

y servirte no pueden oración ni amenaza,

porque tiene otra sangre, otro dios y otro rey.

Cuando el rito sagrado le mando optar esposa,

hizo astillas el cetro con vibrante dolor,

y aquel joven monarca se enterró en una fosa

y pensando en la rubia fue muriendo de amor.

Castellana tu ignoras todo el mal que me has hecho,

castellana recuerda que nací en el Perú,

la tristeza del Inca va llenando mi pecho,

¡ y quién sabe, quien sabe, si la rubia eres tú.

PAISAJE DE LA SELVA DEL PERÚ



 

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